Prepararnos para una escapada más de las nuestras en bicicleta, siempre es divertido, e incluso emocionante. Conocer de antemano el itinerario, los tramos a pedalear, enterarnos del alojamiento en el que poder recargar las baterías…etc . Todo ello conlleva unos días de no pensar en nada más que en preparar las bicicletas y la ropa: cullotes , guantes, sudaderas, ropa de lluvia, cascos…En fin todo el arsenal para pedalear con lo necesario ante las inclemencias del tiempo con las que uno debe contar de antemano, y más aún pedaleando por tierras vasco-navarras, donde el clima es mucho más extremo que en Cataluña.

Nuestra idea es conocer el recorrido de «El Trenico», o tren de vía estrecha, que unía Estella- Lizarra con Bergara pasando por Vitoria-Gasteiz; es La Vía Verde del Ferrocarril Vasco – Navarro. La ruta recorre las comarcas de Tierra Estella, la Montaña Alavesa y la Llanada Alavesa, donde se mezcla la naturaleza y la historia. El original trazado del ferrocarril no se pudo recuperar por lo que hay caminos alternativos a la transitada carretera desde Estella hasta Murieta; teniéndose que recorrer 9,5 km pasando por Metautena a los pies de la sierra de Lokiz. Conmasde70, al no hacer este tramo, nos perderemos el bonito bosque de encinas, pero nos ahorraremos las pendientes de 7% de desnivel y varios cruces de carretera …

Por lo que iniciamos nuestro recorrido en Murieta, a 12’7Kms de Estella.

El colorido otoñal del campo nos acompaña todo el trayecto. Ha sido un acierto venir en esta época, parece una competición de verdes, ocres y terracotas.

A los 2 Kms, cruzamos Mendinabarri y a los 4 Kms, pasamos Anzin. La pista transcurre por una ladera escarpada  cubierta de encinas, robles y boj; con una hermosa vista a la derecha de la Sierra de Lokiz.

Aunque las vías verdes se parecen entre sí, el paisaje siempre las diferencia. Nos gusta mucho ver la tierra labrada y los pequeños cultivos de cardos junto a las casas de campo. Aquí nos llama la atención no cruzarnos con nadie, ni siquiera con campesinos, a penas vemos gente en los pueblecitos por los que pasamos.

A los 10 Kms, una vez pasado Acedo, encontramos el punto mas interessante del recorrido: Arquijas con su desfiladero y su largo túnel. Hemos leído que dispone de un sistema de iluminación con placas solares fotovoltaicas que puede fallar en días nublados, por lo que pudiera ser, llevamos linternas frontales a más a más de las luces de la bici.

En la entrada pulsamos dos veces como nos indican y a los pocos metros se encienden las luces. Perfecto!

Parece una autopista de 1’5 Kms, en la que se ve la luz al final del túnel…A la salida nos espera de nuevo la frondosa vegetación de cálidos colores.

Seguimos hasta encontrar el espectacular viaducto de Arquijas de 9 arcos y 30 metros de altura sobre el río Ega; declarado Monumento Histórico Artístico.

Emociona atravesarlo sobre la bicicleta dominando desde su gran altura el cauce del río que atraviesa tres de sus arcos y la carretera otros dos.

Aquí hemos visto planear majestuosamente y bastante cerca un águila real. Que maravilla es pedalear y poder disfrutar del panorama que la ruta te va ofreciendo. ¡Gracias, gracias!

A los 14 Kms, la pista transcurre a la derecha del pueblo de Zúñiga. Nos desviamos para ver sus pinturas murales.

De la estación del ferrocarril tan solo quedan sus ruinas. Un tramo recto de unos dos Kms, alfombrado por la rojiza hojarasca, nos conduce hasta Santa Cruz de Campezo, primer pueblo de la província de Alava.

La bicicleta nos da la oportunidad de hacer un ejercicio asumible por la edad y disfrutar del entorno que en otoño se viste de colores. El camino alfombrado de hojas multicolores es hasta mullido, por lo que caerse debe ser una delicia…Pero…¡Dejemos las caídas para otra pedalada!…

La primera localidad alavesa que encontramos es Santa Cruz de Campezo, en la ribera del río Ega y a las faldas de la Sierra de Codés.

Pasado Campezo, seguimos hasta Antoñana donde iniciamos un tramo en el que disfrutamos mucho por la diversidad de pasarelas, túneles y puentes que atraviesan repetidamente el río Ega y la carretera general.

En Antoñana su estación es hoy día una propiedad privada; junto a ella hay un Centro de Interpretación en los vagones de El Trenico.

La ermita románica de La Soledad situada en un pequeño llano a la derecha del río Berrón y cerrada para los visitantes, nos indica la cercanía del pueblo de Maeztu.

La estación de Maeztu diseñada por Alejandro Mendizábal, ingeniero jefe de la construcción del ferrocarril, es de las mejor conservadas; recién pintada, es actualmente la sede de su ayuntamiento.

En la ermita de Santo Toribio finalizamos nuestro recorrido del día de hoy, ya que para Conmasde70 es mucha la dificultad en ascender el puerto de Gereñu, con rampas del 17% y que es el paso alternativo al bloqueado túnel de Laminoria. ¡ Estamos hechos polvo ! Mañana más…

Iniciamos ruta en Andollu, en el Km 66, para seguir ( eso esperamos) la última etapa del Trenico.
En Aberasturi nos pilla un ligero chirimiri, nos equipamos bien y continuamos.

Hacemos pocas fotos, tener que sacarse los guantes es un engorro. Con agua o sin estamos disfrutando mucho. ¡Qué sano es pedalear e ir deleitándose en cada tramo de tanta belleza y de tanta Paz.

Pasado el apeadero de Otazu arrecia la lluvia que tan solo es un chaparrón de unos minutos. ¡Tenemos suerte!. Llegados a Vitoria el suelo esta seco, ¿Diríamos que aquí no ha llovido?

Y ya el fin de las etapas. Haber cumplido el objetivo siempre es de agradecer a nuestras piernas. Estamos fatigados pero ¡VIVOS!

En un mesón de la calle San Francisco, un chuletón y un chorizo a la sidra nos repone fuerzas para poder regresar al coche…¡ Sanos y salvos!

La infraestructura del Trenico comprende: 8 túneles, 3 viaductos, 8 pasarelas y varios puentes.

Para una próxima escapada, preparamos el trayecto desde Vitoria hasta Bergara en Guipúzcoa.

Continuará…

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