Llegamos a Cebú con ganas de sol. Después de un día de ininterrumpida lluvia, recluidos en el hotel, con estado de alerta por “tifón”, que nos pasó inadvertido mientras dormíamos.

Basilica del Santo Niño Donde nos percatamos de la devoción y fervor de los fieles que constantemente la visitan. La imagen del Santo Niño es venerada, accedediendo por un pasillo lateral junto al claustro, detrás del altar mayor. En la plaza, justo al frente de la entrada, se encuentra un templete con la Cruz de Magallanes . Se considera que es la verdadera cruz que el navegante portugués llevaba consigo al llegar a la isla.                                                              Muy cerca, encontramos el Carbón market ,  es un mercado grande y antiguo de agricultores en la parte antigua de la ciudad. De venta al por mayor y detalle. A más a más de hortalizas, frutas y verduras, se puede encontrar ropa, cestería de Bohol, pescado, carne, pollos y artesanías. Es colorista y fotografíable. Hay que acercarse muy temprano por la mañana, de lo contrario el pescado está ya (casi) todo vendido. Una zona en la que destaca la pobreza, la suciedad y el chabolismo.                                                                                                  Teníamos previsto visitar Oslob, para ver y bañarnos con el tiburón ballena. Leyendo blogs de viajeros, nos enteramos de que los alimentan y es lo más penoso y parecido a un circo. Nosotros #conmasde70, somos viajeros responsables, queremos verlo en algún lugar en el que se practique el turismo sostenible. Nos aconsejan Donsol, por lo que allí iremos, dentro de unos días.

La isla de Mactán, es una isla de coral. Se ubica frente a las costas de Cebú. La isla está subdividida entre las municipalidades de Córdova y Lapu-Lapu. Se conecta con Cebú mediante dos largos puentes, el puente de Marcelo Fernan y el de Mactán-Mandaue. No nos gustan las ciudades y volvemos al hotel en un taxi colectivo por unos céntimos de euro. Es como un “Jeepney” pequeño, más moderno, los hay de todos colores y decoraciones. Muchos con diseños de figuras con motivo religioso.Los filipinos son súper amables con el viajero, siempre prestos a ayudar. Se les ve muy orgullosos de su país, actualmente en considerable expansión.

Sabemos la fama con que cuenta la Isla Mala Pascua, (en el Mar de Bisayas, al noreste de la isla) con tan solo 3km de largo y mucha tranquilidad. Unos viajeros amantes del buceo acaban de llegar, nos comentan que su arena es muy blanca, lo muy dañado que está el coral y bla, bla…Lo que nos anima a no ir, (después de las maravillas entre las que hemos buceado…Nos hemos vuelto exigentes).   En su lugar nos desplazamos 80Km, al sur para conocer Moalboal y su Pagnasama beach. En donde según un blog de un viajero, estuvo buceando  entre sardinas, “Sardinero run” o buceo con sardinas. Explica en su post que hay que bucear en frente del resort Savedra, y exacto así mismo es. Las vemos ya a lo lejos con destellos plateados. Millones de sardinas, se localizan al borde del arrecife de coral en esas aguas cálidas, sumamente transparentes y a tan poca distancia de la orilla.

Preparamos la cámara y nos dejamos invadir por esa gran sensación desconocida. Se mueven como si fuese una ondulante nube con destellos plateados, que se encoge y se expande pero se difumina rapidamente al intento de penetrar en ella. Nadan acompasadamente al unísono cambiando el rumbo con rapidez, nos deben confundir con depredadores. Estamos solo a unos 20 o 30m de la orilla, en una zona muy precisa  justo donde el coral empieza a descender en vertical hacia el abismo. Es un  fenómeno de etiología desconocida que se inició hace unos diez años… Y del que nos sentimos agradecidos. Es tan maravilloso, tan mágico, tan bello… De regreso, mientras sentados en la orilla nos quitamos las aletas, (aún con la máscara puesta), vemos junto a nosotros dos tortugas, comiendo algas …¡Allí mismo dos tortugas! ¡Esto es un empacho de sorpresas!… Aún ahora, ya de noche escribiendo el post, no paramos de comentar excitados la maravillosa experiencia y el enorme placer que nos ha representado poder contemplar a placer el enorme banco y “bucear con sardinas”…Llegamos en avión al aeropuerto de Corón (Francisco B. Reyes), situado a 15km del pueblo de Coron, capital de la isla de Busuanga en el archipiélago de las Calamianes (Mar de China)  con un día de sol precioso y una atmósfera muy nítida.Desde el pueblo de Coron en la isla de Busuanga, nuestra primera puesta de sol es un regalo para los sentidos. Sobre todo, el color y las formas de las nubes lo convierten en sublime. La preciosa bahía nos enseña la escala de colores que puede llegar a tomar un atardecer. No debemos confundir Coron town, que es la capital de Busuanga, con la isla de Coron al frente. La población vive de la pesca y del turismo. La mayoría tiene un nivel bajo de inglés, a escepción del “staff” de los hoteles.

Corón situada al norte de Palawan, es una isla famosa por sus lagunas verde turquesa, que bien merece unos días para disfrutar al máximo del archipiélago,  hacer snorkel, kayak, descansar y lo que se tercie.                Paisajísticamente es una zona brutal…100% recomendable                    Sus playas pequeñas de arena blanca, están protegidas por murallas de piedra caliza, manglares o arbustos.Es un lujo bucear donde hay tantísimo coral y algún barco japonés hundido… Cuenta en sus fondos marinos con una flota de barcos japoneses hundidos en la Segunda Guerra Mundial. Hemos visto uno buceando en “Skeleton Wreck”, se ve bien su proa completamente partida, invadida por algas y coral. #conmasde70, ni siquiera intentamos descender, no solo por no tener la capacidad de bajar tanto a pulmón libre (son 10m) sino también, por el respeto fantasmagórico que emite tan solo observarlo desde la superficie. El agua es tan clara que se ve perfectamente practicando snorkle. La isla de Corón está llena de rincones intactos de lagunas azules, verdes, turquesa y con las aguas más puras y limpias de Filipinas, con una visibilidad muy buena para el buceo. En un día hacemos un buen recorrido, llamado “ Los Siete Pecados” que componen siete pequeñas islas. Anclando en puntos estratégicos como: Kayangan Lake (accedemos por un sendero bien señalizado y escaleras. Allí, nos bañamos con el chaleco salvavidas obligatorio, tirándonos desde la plataforma de madera. Emergemos como expulsados por el efecto de flotación del chaleco. El agua del lago es semisalada y sumamente transparente) Twin Lagoon (dos lagos conectados entre sí, a través de una roca por la que pasamos buceando. Es interesante ver la pared vertical cárstica dentro del mar, que se convierte en coral. Hay diferente temperatura y color entre ambos lagos)  Barracoda Lake, Atwayan Beach, Las islas de Coral, Skeleton Beach y Point Coral. En la islas lo que más nos emociona es ver las paredes verticales de caliza cayendo hacia el mar, son como perfectas murallas que protegen el agua cristalina.

Subimos los 755 escalones que te llevan a la cima y al Mirador del Monte Tapyas. Los subimos despacio pero de una tirada. Isabel con los bastones de treekking marca su ritmo acompasando la respiración profunda inspirando con la boca cerrada y soltando el aire y alguna exclamación imposible de reprimir por la belleza del panorama con la boca abierta. Mario la sigue vigilante contando los escalones. En el escalón n° 600, un chico de unos 8 o 9 años ( vendedor ambulante de helado casero de coco), nos hace una foto. Gracias muchacho, tu helado ¡Está delicioso! Durante el ascenso, encontramos varios puntos con bancos para descansar. Nosotros dale, que dale hacia arriba…Llegamos cansados pero compensa la belleza de sus vistas. Una panorámica completa. Es precioso, parece que sobrevuelas en una avioneta.Y por la parte de atrás es muy bella la visión de la montaña.Hay un par de glorietas para descanso tipo “pallota” que también regalan buenas vistas. El juego de colores de las pequeñas lomas nos recuerdan las “Chocolate Hills” de Bohol.

El manantial Maquinit es único en Filipinas. Muy recomendable después de la ascensión al monteTapyas a fin de relajar la musculatura… Es muy hermoso el lugar y su entorno. Muy bien equipado (zonas de picnic, vestuarios y lavabos).Nos damos un relajante premio, después de la excursión…El nombre de la hotspring “Maquinit”, viene del tagalo que significa “calor”. Es un manantial de agua geotermal (37° a 40°) y , es uno de los pocos de agua salada en el mundo. Entre manglares nos sumergimos en tres piscinas distintas. Muy bien enmarcadas en el entorno. El agua salada caliente es muy beneficiosa por la cantidad de minerales que contiene, especialmente el Manganeso. Tomando el baño caliente a pleno sol oímos el ir y venir de las pequeñas olas que se forman en la intersección de las dos aguas (la procedente del manantial y la del mar), donde se mezclan temperaturas y salinidad. El agua, 70% salada y 30% dulce, emerge del volcán subterráneo.Es un verdadero Spa natural entre la montaña y el mar ¡Un regalo de la Madre Tierra! Entre manglares y alguna casa flotante de bambú, resulta un lugar de paz.No es bueno estar mucho rato dentro, por lo que hacemos tres baños de 10 minutos, y salimos a recibir el frescor de la brisa marina. Hay una escalera en medio del puente que da acceso a un baño de mar, pero la temperatura es de 30°Encontramos a faltar una ducha fría. No la hay, por lo que nos echamos un par de potes de agua del bidón de los lavabos.( también es salada). Bebemos muchísima agua,  el cuerpo nos lo pide.Nos sabe mal tener que irnos de un lugar con tanto sabor, tranquilo y hermoso en el que hemos estado tan a gusto, pero nuestra ruta debe seguir y la próxima parada va a ser “El Nido”, zona que no por ser super turística, pensamos va a ser menos impactante…  El fast ferry de primera hora de la mañana, da cabida a todos los viajeros que desean conocer “El Nido”. Nuestras mochilas que transporta un mozo, se juntarán con las que están en el suelo del muelle. Ningun resguardo, ni numeración. Aquí se funciona con la honestidad y la confianza…

Continuará…

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