Habiendo visto fotos del lugar y hablando con nuestro amigo Javier, buen conocedor de toda la zona, nos animamos a aceptar su invitación para hacer los tres juntos la ruta del Cares en Los Picos de Europa.

Pasamos la noche en Posada de Valdeón, en su motor- home, en un área de autocaravanas muy bien acondicionada.

Posada de Valdeón es un pueblecito con encanto de 415 habitantes, situado en el Noreste de la provincia de León…

Equipado con toda clase de servicios turísticos.
Por la mañana concertamos un taxi para desplazarnos hasta Caín donde se inicia la «Ruta del Cares”.

Caín; un lindo pueblo que destaca por su aislamiento, está como escondido entre las gigantescas montañas de los Picos de Europa.

Desde luego Javier tenía toda la razón al hablarnos de la ruta, pues es de una impresionante belleza natural y de muy fácil andadura. Se extiende a lo largo de doce kilómetros, entre Poncebos en Asturias y Caín en León.
Construída por la Sociedad Electra del Viesgo para el canal, que cruza 71 túneles de unos dos metros de altura y requirió el trabajo de 500 obreros durante 9 años.

Esta ruta también es conocida como La Senda del Cares o «Garganta Divina». Dice una de las leyendas que era una antigua ruta de pastores, conocida también como «un camino de cabras», como único acceso en época de nieve; otra algo menos creíble, es la versión que nos dice que la ruta era el paso ideal de contrabandistas… Creemos que la realidad es la construcción de un canal que transcurre paralelo a la ruta y que es visible en varios segmentos del mismo para el transporte de agua hasta la central de Poncebos en Asturias. En la actualidad esta ruta está habilitada para senderistas

La ruta es lineal así que al no ser circular, el retorno se efectúa por el mismo camino que la ida. Entre ida y vuelta son 21,4 Kms, que se realizan en unas seis horas y quince minutos de media. Conmasde70 necesitaremos más tiempo para contemplar…¡Bueno, en realidad para andar a nuestro ritmo!

El principal protagonista de esta ruta es el río Cares, que nace en Posada de Valdeón (León) y desemboca en el río Deva (Asturias).

El primer tramo de la ruta transcurre a campo abierto. Seguidamente nos encontramos con una fuente de agua fresquísima (única en la ruta) donde llenamos las cantimploras. Cruzamos el puente y la compuerta de desviación de agua para caminar por el sendero que transcurre junto al canal.

Nos adentramos en la garganta por unos túneles y, a partir de ahí…

Caminamos entre desfiladeros, pequeños túneles y pasarelas metálicas, siempre con el precipicio a la derecha.

Verdaderamente precioso todo el entorno. Hacemos muchas fotos. El panorama lo vale.

Cuando llevamos caminados unos 2,5 km llegamos al Puente de los Rebecos que nos ofrece una vista espectacular sobre el río. Es un punto muy emblemático y nos encontramos con otros senderistas tomando fotos. Una vez cruzado, continuamos siempre con la garganta a nuestra izquierda.

En pocos metros encontramos vistas de vértigo sobre el río.

En una zona bonita paralela al canal de agua casi todo el recorrido.

Hay muchísimos tramos en los que el sendero está excavado en la roca, formando túneles cortos que vamos contabilizando, llegado un momento perdemos la cuenta pero sabemos que hay 71.

La ruta nos apasiona al caminar por esos parajes de montañas escarpadas y agrestes de incomparable belleza, tan diferentes a la Serralada Litoral del Maresme a la que estamos habituados.

Caminando contemplamos admirados la inmensa obra de ingeniería que representa la construcción de este canal.

En el 2012 hubo un desprendimiento importante en la ruta, que obligó a construir una pasarela entre los dos tramos afectados, ( La Pasarela de los Martínez ). De esta construcción da muestras un mural explicativo. Visto este con su enorme complejidad podemos imaginarnos lo que significó la construcción del canal en 1916. El lugar conforma un mirador desde el que podemos ver el río a unos 150 metros bañando las paredes estrechas de un cañón .

Hay un punto con un cartel de demarcación que marca la frontera entre Asturias, Castilla y León.

Es una caminata maravillosa. Estamos algo fatigados pero disfrutando muchísimo. El terreno es de fácil andar ya que tiene muy poco desnivel.

Realizamos la ruta en 5 horas, (15 Kms). No hemos llegado hasta el tramo final, puesto que nos encontramos fatigados y reservamos fuerzas para el regreso. Comemos en un recodo del camino junto a un pequeño torrente sin entretenernos demasiado. Continuamos tomando fotos, es todo tan hermoso…

Hay la posibilidad de ver el águila real, el quebrantahuesos, también buitres y alimoches que anidan en las escarpadas paredes de las montañas; no hemos tenido tanta suerte. El animal característico de los Picos de Europa es sin duda el rebeco, el cual, a pesar nuestro, no hemos podido tampoco visualizar.

Respecto a la flora abunda el bosque atlántico frondoso, lleno de robles, hayas, fresnos, castaños, encinas y acebos. Hay más de 2000 especies vegetales. A medida del ascenso se hacen menos presentes.

En julio todavía podemos observar la explosión de color de la floración, aunque con seguridad la mejor época para hacer esta excursión debe ser en otoño para disfrutar de los colores ocres y también poder observar los saltos y cascadas más colmadas.

Ha sido una excursión en la que hemos sentido la fusión con la naturaleza y la magia de los Picos de Europa durante todo el recorrido.

Al regreso, aunque los lugares son los mismos, la visión es diferente y nos parece estar caminando por otra vertiente, pero eso si, Conmasde70 estamos agotados, sin embargo Javier de “Conmasde60” sigue caminando como un chaval…

Gastronomía de la zona: Cocido leonés y carne de cordero o cabrito, además del embutido y el queso de Valdeón merecedor de no menos reconocimiento.

Continuarà…

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