Acampando por Australia, 2ª parte

Habíamos visto la roca roja australiana fotografiada en un National Geographic (ningún parecido con la realidad). Cuando algo es espléndidamente colosal no es posible plasmarlo en una fotografía, puesto que la naturaleza va siempre más allá del objetivo de una cámara.

Trasladamos la fecha de 1989 (año en el que hicimos el viaje), a día de hoy para hacer el post en tiempo presente.                                          

 

También mezclaremos textos del libro de Isabel

«Descubriendo el corazón de la Tierra»

en su capitulo sobre Australia   

 

 

El trópico de Capricornio es un paralelo del hemisferio sur, situado a una latitud de 23º 26′ 14″​ al sur del Ecuador. Esta línea aparente delimita puntos meridionales en los que el Sol puede ocupar el cenit al mediodía. Es, pues, una de las múltiples líneas imaginarias (paralelos) que recorren el globo terrestre horizontalmente.

Seguimos disfrutando de las noches de acampada, el outback es «nuestro». Es emocionante estar en lugares tan sumamente desolados. Muchas veces sentimos miedo del propio silencio, y al escucharlo oímos su lenguaje, y nos decimos «este es el sonido del silencio»…pero en realidad, en el silencio de este outback, hasta las piedras chasquean al cambiar su temperatura. Oímos aullar a lo lejos a los «dingos», ese perro salvaje no autóctono que introdujeron los ingleses y se asilvestró. Ese temido perro más parecido a un lobo, al que los aborígenes llaman dharuk, que aúlla más que ladra, y que una tarde vemos rondar cerca del «campamento»…

A partir de esa noche acampar en el outback nos es más laborioso, pues al anochecer, empezamos a hacer hogueras a fin de ahuyentar «posibles visitas» de dingos, que mantenemos encendidas hasta el último segundo antes de dormirnos bien arropados en el saco.

Por fin, el plato fuerte tan deseado, visitar el símbolo de Australia , la montaña sagrada de los aborígenes y sus extensos y desérticos alrededores, empapados de su arte y ancestral cultura. De lejos parece pequeña y, al acercarnos, admirable su tamaño.

Es difícil ser arbitrario cuando sientes prioridad por algo como «Ulurú» o también «Ayers Rock« . Conocer que es considerada uno de los monolitos más grandes del mundo y que es Patrimonio de la Humanidad  (desde 1987), nos parece maravilloso y hace más apetecible su visita.

Principalmente, el poder visitar el monolito natural que ha sido nombrado Patrimonio tan solo dos años antes, nos convierte casi en sus descubridores. Al escalar, puedo sentir, desde su cima, el abrazo de la tierra, imaginándome estar en su ombligo rojo vivo, como caliza teñida, cambiante de tonalidad según la luz. Esa tierra habitada por gente fuerte que se adaptó a esas extremas condiciones tan desfavorables. Esa gente que, aislada sin contacto con el mundo, mantuvo durante miles de siglos sus costumbres y tradiciones. Esa gente cuyo hogar se cree que fue el de los primeros habitantes del planeta. Escalamos, cada cual a su ritmo, sus 348 m de altura contemplando en el ascenso sus cambiantes colores a cada minuto. Esa roca de arenisca con coloración grisácea amarillenta, rica en feldespatos, oxidada por el hierro que contiene resalta su tonalidad espectacular revestida de rojo desde los cuatro puntos cardinales. Ya en su cima, respiramos hondo y profundo. Hondo por la fatigada carrera y profundo por la gratitud experimentada al encontrarnos los cuatro juntos en tan energético lugar. El color de la roca cambia durante el día de un modo espectacular. La escala va del amarillo-oro iridiscente al morado, pasando por el rojo, anaranjado, rosa y gris.                                                                                                                                              El viento que sopla fuerte y racheado, es el causante de tener que descender antes de poder contemplar la puesta de sol. Los golpes de viento nos tumban, nos cuesta mantener el equilibrio e incluso es peligroso. Lo que desde luego hace imposible pernoctar  con los sacos de dormir como era nuestro plan. Ninguno lo lamentamos ante la evidencia de que el vendaval nos lo pone patentemente difícil.

Seguimos exultantes viajando los días, llenándolos de la apacible serenidad de su espléndida naturaleza y no menos especiales monumentos naturales: The Olga´s, que se extienden desde 600 metros hasta más de siete kilómetros. Hacemos la caminata de Walpa Gorge, es muy fácil y bastante popular pues encontramos un grupo importante de caminantes. Como tenemos todo el tiempo del mundo nos animamos a recorrer la zona por el sendero en bucle del Valle de los Vientos, deleitándonos con sus bien situados miradores naturales. Madrugamos para que el sol no nos castigue tanto y hacemos el recorrido en tres horas sudando la gota gorda. El parque es considerado sagrado para los aborígenes de Australia.

Kata Tjuṯa , literalmente muchas cabezas, también conocido como Olgas , es un grupo de grandes formaciones rocosas abovedadas o  bornhardts ubicadas a unos 365 km  al suroeste de Alice Springs , en la parte sur del Territorio del Norte, en el centro de Australia.  Tanto Uluru / Ayers Rock como Kata Tjuṯa / Mount Olga están hechas de sedimentos, teniendo  una composición química similar a la del granito. Los aborígenes Anangu creen que las grandes rocas de Kata Tjuta son el hogar de la energía espiritual del «Ensueño», y desde 1995 el sitio está siendo utilizado para muchas de sus ceremonias culturales.The Devil´s Marbles o Las Canicas del Diablo, son una maravilla geológica, llamada Karlu Karlu, que traducido significa literalmente «piedras redondas». Son de granito, con tamaños muy variables desde 50 cm. hasta 6 m, de ancho. Se apoyan unas sobre otras como queriendo desafiar la gravedad.La mayor parte de la reserva está protegida por la «Ley de lugares aborígenes sagrados» del Territorio del Norte. La Reserva se extiende a ambos lados de la autopista Stuart, aproximadamente 393 kilómetros al norte de Alice Springs y 100 kilómetros al sur de Tennant Creek. Las canicas están dispersas por el valle, a ambos lados de la carretera.

Por las noches, alrededor de la hoguera, antes de acostarnos, pensamos en todo lo aprendido de la cultura aborigen que nos enseña a amar la tierra, a conservar el planeta, a agradecer la existencia de la creación y a luchar con dignidad por los principios y valores, principalmente a apreciar la tierra como sustento. Los aborígenes de la zona consideran que las canicas tienen poderes sobrenaturales y extraordinarios.

¡Es difícil conciliar el sueño con tantos descubrimientos y tanta maravilla natural repitiéndose en la retina! A nosotros el lugar nos ha llenado de su espiritualidad ancestral  y magnetismo.

El deseo de Oscar de conducir por el Nullarbor se consuma cuando se sienta al volante y nos traslada por toda la extensa llanura sin dejar de pisar el acelerador. Para él, es uno de los mejores recorridos de aventura del mundo, a través de la vasta y  semi-árida llanura. Tenemos que sacarlo de su encanto para que se detenga y poder observar sus maravillosos acantilados. Nullarbor significa «no árboles», pero en realidad está cubierto de matorral azul y mulga, e incluso flores silvestres. Durante el extenso recorrido, somos testigos de la mucha vida silvestre, incluidos los camellos salvajes, canguros y emús.

Siguiendo ruta, a unos 150 Km. al norte de Alice Springs, nos encontramos a dos aborígenes junto a su coche averiado. Es una buena ocasión para hacer un alto en el camino, tener contacto y ayudarles. La avería es falta de aceite y agua en su radiador. Nos place poderles ofrecer las dos cosas, ya que estamos muy bien surtidos de todo.    Hablando con signos y mapa en mano, nos explican que trabajan en «Pine Hill Cattle Station», una gran empresa de ganado, que se dedica a la crianza y exportación de vacuno. Al ver nuestro interés en conocer las instalaciones, y ante la gran cantidad de preguntas a las que se ven sometidos, nos invitan a seguirlos y presentarnos a los «jefes» o propietarios. ¡Qué bueno! nunca mejor dicho pues la ocasión es perfecta para poder incluso alojarnos unos días y poder vivir el movimiento de todo el proceso de una granja de ganado «al por mayor».

Y así es, como conocemos a su dueña «Verlie», la propietaria de la mayor industria ganadera del territorio con 2.700 Km2. Una mujer robusta y fuerte que nos abre su casa e invita a comer unas deliciosas chuletas a la barbacoa. Su vivienda está llena de «mascotas», dos loritos, dos gatos, tres perros, una especie de hamster enorme, muchas macetas con plantas…De personalidad curiosamente muy abierta con un gran don de gentes. Se le adivina la necesidad de diálogo de un alma solitaria enfrentada a un mundo de hombres, en el que la rudeza, ha hecho en ella un caparazón. Nos aloja por tres días en una casita de madera junto a los cobertizos de material de riego.

Estamos alucinados ya que va a ser una gran experiencia para los cuatro. La estación cuenta con 7000 cabezas de ganado aproximadamente.

Se encuentra entre hermosos lechos de ríos secos, y el magnífico río «Rojo», con árboles de mulga, otros de maderas blancas, palo de hierro, madera de corcho, madera de vaca y madera de sangre. También  diferentes minerales entre los que destaca la roca de granito.

Pasamos los días acompañando a nuestros dos amigos por todos los circuitos que  recorren durante su horario laboral. Una bella experiencia de la que nos hacen partícipes en todo momento. ¡Hasta marcamos con hierro candente a una res! :¡Donde fueres haz lo que vieres»

Revisar las bombas de agua, separar reses por tamaños para marcarlos, abrir puertas y compuertas para conducir el ganado hacia la rampa de subida a los trailers, colocar a un semental en los recintos para fecundación, en fín…¡El sabor de la  auténtica Australia rural!

Durante el recorrido por la estación, vemos alimentar con gas-oil el tanque que a la vez hace funcionar la bomba extractora de agua del pozo artesano que se vierte en los estanques artificiales en los que el ganado bebe. La mayor curiosidad es ver como actúan los sementales. La propietaria nos indica que el trailer que llega, lleva 22 de ellos para repartir entre las diferentes áreas. Tiene que asegurarse de que son aptos y están en condiciones de fecundar al lote de vacas asignadas. El objetivo final es que los toros contribuyan a la mejora de sus rebaños y así aumentar la rentabilidad de la explotación. Nos pasamos el día mirando como los reconocen y examinan , siempre protegiéndose entre pasarelas de hierro.

La fuerza que demuestran es palpable al verlos incluso montarse entre ellos, o por lo menos la intención… La primera maniobra es la de marcarlos, haciéndolos atravesar un pasillo estrecho entre rejas y así poder timbrar el sello candente en su parte trasera del lomo. ¡Una gran experiencia!

Siempre lo bueno se acaba, tenemos que irnos…Los tres días han pasado muy deprisa. Estamos muy contentos de haber conocido una realidad tan típica de estas tierras, de haber colaborado en algunas de las tareas , en haber vivido como cuatro granjeros más del equipo, en haber estado tratados con camaraderería y habernos hecho partícipes de su día a día tan distinto para nosotros, y de habernos cobrado solamente las dietas y nada por el alojamiento. Felices de haber compartido momentos de «trabajo duro»  y otros entrañables de «tertulia y asueto», así como las dietas equiparables a las de los vaqueros australianos, a base de pastel de carne y maíz, carne asada y carne a la parrilla (de vacuno, claro está) Sin embargo una noche nos sorprenden con asado de canguro que habían dejado un poquito crudo, para que no nos resultara dura al paladar, debido a su poco contenido graso.

En Glendambo empieza una pista de tierra que pasa por una región de lagos salados. Con la pista nos ahorramos 700 Km, dirigiéndonos a Port Augusta para después coger la carretera e ir hacia Perth.

Se forma un triángulo mediante el que por pista solo hacemos 300 Km, y luego cogemos la carretera opuesta del Nullarbor. El único problema que se nos presenta, a parte de ir sin apenas gasolina ( si en bidones), es la posible inundación de la pista ante una posible fuerte lluvia.

Vamos parando forzosamente, pues la pista en ocasiones está húmeda y tenemos que buscar la costra de sal para poder circular con la seguridad de no quedarnos «embarrancados» . Hay zonas de barro negruzco que recuerdan las arenas movedizas de las películas.

Nos es muy emocionante este recorrido tan poco concurrido. El temor ante una avería o percance hace que vayamos con mucha cautela y cuidado. Vigilamos constantemente el terreno, descendiendo del vehículo ante la duda de cualquier cambio en la superficie del suelo. Lo que más tememos son los pinchazos de repetición, ya que nos encontramos alejados de cualquier taller mecánico.Las plantas cubiertas por la sal, nos parecen corales extraídos de un fondo extraño. Este terreno es un gran lago que evaporó su agua convirténdose en un terreno salado plagado de flores silvestres quemadas por el sol. Ocupa unos 200.000 Km2 del centro de Australia, en los estados de Queenslad, el territorio del norte y Australia meridional. Seguimos una ruta y hacemos un stop que creemos es interesante en Coober Pedy, la capital mundial de la extracción de ópalo. Nos sorprenden sus curiosas casas subterráneas para hacer frente al intenso calor en verano (50º), Incluso cuenta con una iglesia. No nos entretenemos demasiado en la visita ya que el calor es sofocante. Nos insisten en la compra de alguna joya en el tenderete de fuera de la mina que visitamos. Los ópalos son bonitos, pero no es el momento más adecuado para regalarse joyas…

Todavía nos quedan 1964 Km, para llegar a  Perth. En estas zonas tan desoladas y desérticas, las gasolineras en el mapa las marcan con nombre propio, con la misma categoría que si de un pueblo se tratara.

Llegamos a un punto parecido a una frontera en donde todos los vehículos procedentes del Northern Territory deben detenerse para la inspección de frutos y vegetales. Declarando los productos agrícolas se evitan la posible propagación y contaminación de las granjas a las ciudades. Nos obligan a tirar la fruta que llevamos, por lo que nos instalamos en un margen y nos preparamos una merienda fuera de horario. Trás estafarles 9 fantásticos plátanos y un kilo de patatas, nos dirigimos hacia el pueblo minero de Kalgoourlie en busca de un hotel pues se avecina una tormenta. ¡No podemos permitirnos el lujo de que se nos mojen las tiendas!

Una vez en Perth, decidimos cambiar la ciudad por embarcarnos en el ferry «Star Flyte» con destino Rottnes Island Una isla arenosa y llana formada sobre una base de piedra caliza,considerada la reserva de más alto nivel de protección. Es un remanente de crestas de dunas del Pleistoceno, cubierto de matorral y pinos autóctonos.Tiene una gran población de quokkas , un pequeño marsupial nativo que se encuentra en muy pocos lugares. La isla también alberga colonias de leones marinos  y focas peludas australes . Numerosas especies de aves nativas la pueblan por lo que ha sido designada Área Importante para las Aves . Entre su flora el pino de la isla de Rottnest Nos alojamos en «Jupiter», una espaciosa tienda de campamento al puro estilo USA. Al no ser alta temporada estamos solos! Allí mismo nos alquilan bicicletas (en realidad es el único vehículo permitido en la isla) y la recorremos toda, disfrutando enormemente de su tranquila y serena paz. Son unos días de completo recreo, combinando el buceo con las largas pedaleadas. Es una isla de muy recomendable visita, donde la naturaleza expone su diversidad en todo momento, en el marco de un paraíso acuático. Entre la fauna que podemos ver nombramos: Pavos reales, quokkas, varias clases de cormorán, gaviota plateada, golondrina de mar, garza de arrecife, águila pescadora…etc

En el mar, sumergidos en su orilla, encontramos tres enormes caracolas que al cogerlas de su interior salen: de la 1ª un pequeño pulpo, de la 2ª una sepia-calamar, y de la 3ª un diminuto pez.

¡GRACIAS, gracias, gracias !

Siempre, somos conscientes de todo lo que la Naturaleza nos regala y nos enseña.

Siempre, sabemos y sabremos agradecer tanta fortuna.

Siempre, nos sentimos y sentiremos seres privilegiados ante un entorno natural.

Siempre, intentaremos viajar a lugares en los que poder interactuar con la naturaleza. 

 

Como colofón de un gran viaje, en Perth, en el hotel que estamos alojados, en la terraza de su piscina, un grupo de granjeros hacen una demostración de «esquilar ovejas»  ante las cámaras de un canal de la TV australiana, y nuestros atónitos ojos.

Parece un concurso de velocidad, en un visto y no visto 4 ovejas quedan desnudas ante las cámaras.

Nos despedimos de nuestra casa ambulante en la que tantos importantes momentos hemos vivido, en la que las conversaciones han sido riqueza y amplitud de miras. La que nos ha trasladado a conocer principalmente la cultura y el arte aborigen.

Nos vamos de Australia verdaderamente admirados por haber conocido la historia del pueblo aborigen.

Una vez en el avión, recuerdo el silencio de la última acampada y rememoro la bella imagen de un niño aborigen utilizando su «bumerangue» (boomerang) de ida y vuelta para cazar aves acuáticas en Winnie Swamp, hacia el sur , cerca de Tilley Pantane…

Seis años después, en 1995, supimos que Ayers Rock/Olga´s Mountain National Park, cambió su nombre por el de: Uluru-Kata Tjuta National Park

Galería de imágenes: 

4 thoughts on “Acampando por Australia, 2ª parte

  1. Un fantástic i rústic viatge tant interessant com tots els que feu i que vareu poguer disfrutar tots quatre amb.moments únics, plens.d’armonia i d’amor cap a la natura d’una manera exepcional. M’alegra molt i et dono les gracies per deixarm-ho compartir. Una abraçada 💞

    1. Va ser un dels millors viatges amb els nostres fills, en l’etapa madura de la seva adolescència. Per llavors Austràlia era molt poc visitada pel turisme. Imagina’t que només feia un parell d’anys que havien obert la ruta d’Uluru. El prenem sempre com un gran regal a les nostres vides. Saps que ens agrada compartir, i si és bonic! encara més …AGRAÏTS PEL TEU COMENTARI

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