«Abuelear» es un verbo del que desconocemos si está incorporado o no en el diccionario de la lengua, para conmasde70 es sinónimo de una situación real: la de tener nietos a nuestro cargo de vez en cuando, disfrutarlos, estar por ellos y a la vez ser cómplices de aventuras y secretos. Para nosotros siempre es un motivo de satisfacción.
Nuestra mutua relación interceptada por la Pandemia y el confinamiento fue muy limitada ya que nos los retuvo sin apenas verlos y cuando lo hacíamos era con distancia, mascarilla, sin mimos, ni besos y con abrazos robados mirando en direcciones opuestas. ¡Suerte que lo entendían! pero… ¡Cuánta impotencia la nuestra! ¡Nos perdimos tantas abueladas!¡Tantos cuenta cuentos!¡Tantas cenitas y a dormir! ¡Tantos despertares con desayuno en la cocina!. Nos perdimos tantos, tantos… Lo que peor llevábamos era no haberlos podido «tener solo para nosotros algunos días» como antes de la Pandemia. ¡Estábamos atrasados de abuelear!
Sus ocho años los catalogamos como una edad maravillosa en la que aún son «nuestros», todavía inocentes, y te llaman «abuelo, abuela» con su voz dulce. Esa edad en que aún les ilusiona que los lleves al circo, a la playa, o de excursión; porque aún eres importante en sus vidas. Esa edad que preguntan y preguntan sin pudor porque todo les interesa y no tienen malicia. Estos niños son para nosotros una inyección de vida.
Es maravilloso poder amarlos sin condiciones, sin obligaciones y notar que todavía somos un estímulo para ellos y una fuente de experiencia.
La Pandemia, nos iba volviendo más pacientes. Nos consolaba ahorrar al máximo y soñar que nos los llevaríamos a algún viaje de Conmasde70 y los tendríamos 10 o 15 días para nosotros solos. El poder estar juntos alejados de lo cotidiano nos enriquece mutuamente. – Esperaremos a estar vacunados.- les decíamos, – y en vacaciones les pediremos a los papás si os podemos llevar a algún lugar con actividades a gusto de los cuatro.
Nos sentimos afortunados de que la vida nos de la posibilidad de llevar a nuestros nietos pequeños Òscar y Calín, como lo fue en su día al mayor Arnau, a disfrutar de un de safari en África.
¡Los tres nos demuestran constantemente la maravilla que significa ser «abuelos».
Nos parece educativo llevarlos a conocer una parte de África. Cambiar de continente, regalarles cultura, enseñarles a viajar, introducirles en el aprendizaje de descubrir otra raza, otra tierra, otro fauna, otra clase de comida, y también regalarles nuestro tiempo.
Les hemos hecho partícipes de la planificación y recorrido del safari, comentado con ellos un Power Point muy gráfico editado por Mario sobre el recorrido a realizar en Tanzania: Parques Nacionales, la Tierra Masai, su fauna y gastronomía ; y a la vez propuesto dejar de lado por unos días: papás, amigos, playa, piscina y tabletas, para vivir “abueleando” al ritmo de lo que vaya surgiendo. – ¿Hay tarántulas? .– pregunta uno. – ¿Un león puede entrar en nuestra tienda? – se cuestiona el otro…
Les hemos preparado dos» cuadernos de campo» como herramienta para anotar los animales avistados y escribir sobre sus descubrimientos o experiencias a modo de un diario. – Todo llega…¡Nos vamos a Tanzania! cargando con las 4 mochilas y los cuatro PCR realizados 48 horas antes de la llegada.
¿QUÉ LLEVAR? Calzado y ropa de algodón cómoda, una sudadera para los safaris de hora temprana (por si refresca), alguna camisa de manga y pantalón largo para evitar las picadas del atardecer, bañador y chanclas, gorra de visera, gafas oscuras, bronceador, repelente de insectos, linterna y sobre todo los ojos y oídos bien abiertos.
Verlos tan excitados en su primer vuelo en avión nos enternece. ¡Cuantas nuevas vivencias van a experimentar en estos diez días!
El adquirir de antemano dos ventanillas consecutivas ha sido una muy buena idea, para asegurarnos los asientos uno con cada niño. Para ellos es emocionante poder seguir el despegue del avión por la pista a la vez que el progreso ascendente y descendente a través de la pantalla en el respaldo de su asiento delantero. (Qatar es unos línea aérea que cuida bien al pasajero)
–¡Es muy guay! – dicen.
Oscar y Calín quedan sorprendidos con el cambio orográfico, relieve y el terreno desértico visto en la pantalla. Están en la edad ideal, son dos perfectos «loritos preguntones «. Nosotros estamos encantados de responderles todo lo que esté de nuestra mano.
Hacemos escala en el nuevo Aeropuerto Internacional de Doha, ciudad catarí situada en una pequeña península en el golfo Pérsico; su terminal nos parece algo colosal. Impacta por la cantidad de cristal y luz. La decoración se inspira en una especie de “oasis” : agua, techos ondulados imitando olas, esbeltas palmeras, cactus y otras plantas del desierto. Un verdadero ingenio arquitectónico que transmite frescor a través de sus materiales de vidrio y acero. Después de la escala en tránsito y el cambio de avión, despegamos destino Tanzania. ¡Ahora ya comienza el verdadero viaje!
Cercanos al aterrizaje rellenamos un «Informe de Vigilancia de Salud», que entregamos al llegar.
A nuestra llegada tenemos que hacernos obligatoriamente un test rápido de antígenos, ( 25$ a cargo de cada pasajero). El aeropuerto de Kilimanjaro es el más pequeño de Tanzania, también llamado «La puerta de entrada a la vida salvaje de África». Aquí ya huele a África y el calor se deja notar. Como dicen en swahili: Karibu…¡Bienvenidos!
Acabados los trámites de entrada y ya con los equipajes nos dirigimos hacia la salida. Allí se nos acerca un joven sonriente que lleva un cartel en el que leemos :«Oscar & Calín», ¡Qué gracia! Tanto los niños como nosotros hemos “flipado” por el detalle. “Abdul” será nuestro guía durante nuestra estancia en el país y Amín el conductor del Toyota Land Crusier 4×4.
En esta ocasión el viaje no lo hacemos por libre, al estilo mochilero de Conmasde70 al que estamos habituados; ya que no es lo mismo viajar solos o con los hijos propios que con los nietos. El viajar con ellos nos representa muchísima responsabilidad, por lo que optamos, desde un principio, por hacer un safari individual y personalizado pero organizado mediante una agencia.
Emprendemos ruta. ¡Empieza la aventura!
De camino hacia el norte cruzamos varias comunidades locales sin perder de vista el impresionante volcán Monte Ol Doinyo Lengai, el majestuoso protagonista, la montaña sagrada de los Masai, de gran belleza debido a su peculiar forma cónica casi perfecta. Su base se encuentra a 1.600 m de altura y la cima a 2.768 M.s. n.m. Sus laderas formadas por cenizas compactas durante miles de años y sus profundos barrancos, grietas y coladas blancas son claramente visibles desde cualquier ángulo.
Las fotos salen solas, parece que nos hipnotiza y no podemos dejar de mirarlo. Es inconfundible, es el único en el mundo que emite lava carbonato de sodio, de baja viscosidad y temperatura, fluye entre 500º y 590º. Es algo parecido a un río candente de barro.
Vemos bonitas estampas de pastores masáis con su ganado. Acercarnos a esta zona nos permite adentrarnos en territorios que no han tenido tanto contacto con el turismo. Nos encontramos aldeas bordeando caminos y mucho ganado pastando en las laderas de la gran montaña sagrada. Las casas de barro con sus techos de paja y escremento de vaca provocan mucha curiosidad en los niños, les provoca risa…Y es en estos momentos donde juega nuestra experiencia educativa, enseñándoles a comparar nuestros recursos con los suyos.
El colorido de las vestimentas y adornos los caracteriza. Las imágenes de los pastores, ganado y la silueta omnipresente del Ol Donyo Lengai – su volcán sagrado – nos deja admirados. Parece imposible que a tan pocas horas de vuelo la tierra y su gente pueda ser tan sumamente distinta.
Nuestro alojamiento por dos días, está en pleno corazón del territorio Masai, muy cerca de la base del volcán con su inconfundible silueta.
Emociona contemplarlo, después de haber atravesado antiguos ríos de lava petrificada y observar un paisaje pedregoso rodeado por la sequía.
Visitamos el poblado Masai de Ngare Sero, en el que sus habitantes (antiguos guerreros) ahora viven del pastoreo y la agricultura, manteniendo su tradicional forma de vida. Desde luego es interesante y muy impactante introducirnos de lleno en su cultura, a tan poco tiempo de llegar.
Nos acompaña un masai como guía local. Es muy simpático y los niños congenian rápido. Reconocemos que es una “ turistada “, pero para ellos será una experiencia a recordar y para el poblado un aporte de divisas. Al principio Oscar y Calín siguen con perplejidad y algo cohibidos cada vivencia. Al ser invitados a entrar en una de sus chozas y conocer el diminuto espacio en el que vive toda una familia parece que les impresiona. Su primera experiencia en África les está impactando. Suele ocurrir la primera vez que pisas el continente africano, tan diferente en todos los aspectos.
Para ellos ver, entre nubes de polvo, un poblado de gentes de color viviendo en chozas de barro con sus rebaños, vistiendo ropas coloristas adornados con abalorios, comprobar su forma de vida y ser testigos de sus costumbres y cotidianidad, es algo que esperamos puedan digerir deprisa ya que aparentemente y por el momento nos parece, que no les va a dar tiempo de procesar tanta información, ya que cada día tenemos distintos circuitos. Por el momento lo absorben todo como esponjas y después ya lo digerirán…
La silueta del Ol Donyo Lengai es fotogénica desde todas las perspectivas y en especial con la luz del atardecer.
Nos encontramos en pleno Valle del Rift, ésta fractura geológica de 4.830 kms, que es más extensa de lo imaginado. Cuando se habla de él, casi siempre se refieren a su parte africana, desde Yibuti a Mozambique, y lo cierto es que el mar Rojo y el valle del Jordán también forman parte de él. Nuestra primera noche, en tierra Masai y dentro del Valle del Rift , está llena de preguntas por parte de unos niños tan cansados que ya ni siquiera escuchan nuestra primera respuesta.
– Lala salama, buenas noches –
La serena magnificencia del cielo nocturno de la sabana acompañada por los sonidos de la vida silvestre es algo único y casi sobrecogedor. La luna al final de su cuarto menguante y la ausencia de contaminación lumínica nos permite contemplar un cielo con fragmentos de la Vía Láctea y plagado de estrellas entre las que destacan: Deneh, Vega y Altair. Éstas son cómplices de una experiencia astrológica inesperada, a la que si añadimos el gran murmullo de los diferentes sonidos de la noche a modo de banda sonora de la sabana, la convierte en unos momentos…¡Más que extraordinarios! Lástima que los niños tan agotados y dormidos no puedan ser testigos de ésta noche de espectáculo. Mañana sin duda será una noche a compartir…
El amanecer es como una bucólica y romántica pintura, de dorados ocres y rosados…¡ Un bellezón!
Hoy un circuito de largo recorrido por caminos polvorientos y arenosos, nos acercará hasta el lago Natrón atravesando tierras Masai.
Lago Natron, en un lugar remoto de la frontera norte. La sabana deja paso a un paisaje lunar donde se concentran de junio a noviembre, más de dos millones de flamencos que anidan en sus costas en busca de su alimento, las cianobacterias presentes en sus aguas. Muchos de los cuales proceden del Lago Manyara. Es un lugar de concentración estacional para el desove. Los únicos seres vivos capaces de sobrevivir en este ambiente son los peces Alcolapia alcalica, adaptados a sus duras condiciones, y los flamencos, que consumen sus algas filtrando las aguas alcalinas con su pico.
Natron es un lago alcalino, de 58 km de largo y tan sólo 50 cm de profundidad. Situado al noreste de la Zona Protegida del Ngorongoro, haciendo frontera con Kenia.
La mezcla entre lo inhóspito y la extrema belleza que lo circunda nos provoca una sensación extraña, difícil de describir. Sus aguas están teñidas con tonos anaranjados en las zonas de mayor evaporación por la proliferación de algas, de rojo en algunas zonas más profundas y de espuma blanca en las orillas por la acumulación de sosa ; convirtiendo al lago en un paisaje peculiar que refleja estampas increíbles.
Conmasde 70 lo catalogaríamos de extraordinario por el impacto de sus colores y localización.
Destacamos las «Adenium obesum» cuyos tallos nos recuerdan a unos baobabs bonsai de flores rosadas.
Para no volver al tented camp y aprovechar más el día, Abdul nos ofrece un picnic, que comemos en una “explanada con vistas” junto a un curso de agua. Los niños corren , saltan , se embarran, en una palabra disfrutan.
Al poco rato se acercan dos pastores masai que se quedan a corta distancia. Amín les da una bolsa de picnic. Comentamos con los niños el bonito y solidario gesto. ¡Solidaridad africana! Hakuna matata…
Siguiendo ruta nos detenemos en el yacimiento arqueológico “Engare Sero Footprints”, para ver las primeras huellas de homínidos que se conocen.
Muy bien conservadas gracias a las condiciones meteorológicas y a las erupciones volcánicas de la región. La importancia de los fósiles de homínidos que se han recuperado de este valle para el conocimiento de la evolución humana le ha dado el merecido nombre de “ Cuna de la Humanidad”. A los cuatro nos resulta una experiencia verdaderamente interesante. Los niños anotan en su diario algunos nombres y a su manera dibujan unas huellas. ! Cuan interesante es ser testigo de la evolución!
Allí mismo, junto al vehículo nos espera una mujer masai, muy hermosa, llevando consigo artesanías para vender. Los niños sentados sobre la tierra volcánica junto a ella escogen dos collares de madera y concha y una pulsera de cuentas. Conmasde70 negociamos el regateo. ¡Hakuna matata !
Con el calzado idóneo para dirigirnos hacia las cascadas, caminamos bordeando el curso del río Ngare Sero donde el agua cae desde el Monte Ol Doinyo Lengai. Un oasis en medio de la nada. Para llegar hasta la piscina natural debemos seguir las indicaciones de Miko, el guía local de esta zona.
Hay tramos en los que debemos atravesar el río. Es emocionante ver el cañón que forma el curso del agua. Ésta fresca y transparente se desliza por las rocas hasta formar una gran piscina natural apta para el baño. En realidad no hace falta bañarse, durante el recorrido el agua nos ha empapado. A Mario que quedó algo rezagado, se le acercaron tanto un par de babuinos que ahuyentó a uno de ellos de un manotazo. – Asante, asante, gracias, gracias – No son agresivos pero si ladrones de lo primero que pillan.
El día ha sido intenso. En el Maasai Giraffe los niños casi dormidos susurran: – Lala salama – Buenas noches.
Dejando atrás la región del lago Natron en el corazón del Valle del Rift, salimos temprano hacia Loliondo, en la región de Arusha distrito de Ngorongoro. Tomamos una pista de continuo ascenso que nos acerca a las tierras altas de Tanzania.
En un inicio solo habitaban masáis, recientemente se han incrementado otras etnias como los Sonjo también llamados «Batemi». Recorremos su territorio pasando por la aldea de Waso, donde hacemos una corta parada para repostar y descansar un rato.
Las «shukas» son la vestimenta que utilizan casi todos a modo de túnica. Los hombres cuidan del ganado, mientras que las mujeres se ocupan del cultivo de la tierra. Nos llaman la atención un instrumento musical parecida a una caja de resonancia con tiras metálicas que tocan con los pulgares. La música desempeña un importante papel en su cultura: invocar la lluvia, echar a los malos espíritus, ceremonias funerarias, cortejos, bienvenidas, fiestas de cerveza…etc
Waso, es multicultural, habitada mayoritariamente por tanzanos de orígenes mixtos, bantú, árabes e indios, así como también minorías blancas europeas y americanas. Aquí se practica el cristianismo, judaísmo, islamismo e hinduismo. Consta de poco más que de una calle pricipal muy transitada y polvorienta.
Esta zona norte de Tanzania, en el extremo este oriental del Gran Valle del Rift, está cerca de: El Parque Nacional Serengeti, la zona de conservación del Ngorongoro, el Monte Kilimanjaro y el Parque Nacional de Arusha en el monte Meru.
Aquí es patente el cambio del paisaje y de la vegetación. La pista recorre la Falla del Rift, pasando por otros territorios masáis, con pequeñas aldeas y grandes montañas. Mientras circulamos. ¡ Foto, foto, foto!. Podemos ver : jirafas, ñus, avestruces… ¡Que gran ilusión ver las primeras jirafas¡!
Llegamos hasta el extremo más al norte del Serengeti. Una extensa llanura que limita con Kenia. Un gran pilón lo demarca. Bajamos del coche, no hay peligro. A lo lejos una manadas de elefantes se dirige a beber.
En este punto nos damos cuenta del apelativo de “Llanura sin fin” pues la vista no alcanza a ver donde termina la tierra en esta gran y extensa planicie salvaje.
El Parque Nacional Serengueti donde la sabana alcanza su máxima expresión, es tan extenso (13000 km²) que su horizonte nos parece inalcanzable.
Forma parte de los humedales de Tanzania, donde los animales salvajes tienden a pastar en ellos, particularmente las especies amantes del agua: hipopótamos, antílopes acuáticos, facóqueros comunes, elefantes, cocodrilos y los antílopes africanos sitatunga, además de aves acuáticas como flamencos y patos.
El Parque del Serengueti, tiene cinco entradas. Podría traducirse como bien lo explican los Masai: «Allí donde la tierra se prolonga eternamente» o «Las llanuras infinitas».
Los niños están felices cuando Amín abre el sobre techo y pueden subirse en los asientos para sacar la cabeza por arriba. ¡Esto es un safari! – les decimos…
El norte es virgen, hermoso y tranquilo si lo comparamos con las llanuras del sur mucho más explotadas turisticamente.
El área se extiende desde Lobo Hills al norte hasta Seronera en el sur, con la característica de sus verdes colinas. Tiene una densa vegetación, por lo que en según que zonas es más difícil la observación de vida silvestre. Sin embargo, es mucho más silenciosa pudiendo cruzar pastizales abiertos salpicados de densos bosques en solitario.
Aunque los tiempos, para ver los rebaños migratorios, son impredecibles, Abdul nos indica que septiembre es la mejor época para visitar el norte de Serengeti y Lobo pues la gran migración de ñus pasa por el área en su regreso al sureste de las llanuras del Serengeti.
Hay mucho que ver en esta parte pues alberga a la mayor población de elefantes (mucho más que en el resto del parque). Las colinas de Lobo son conocidas por albergar grandes manadas de leones. Nunca imaginamos que los veríamos tan cerca.
El guepardo, el leopardo, la hiena manchada y el zorro con orejas de murciélago, al igual que el serval, o el pequeño gato manchado se ven con mayor frecuencia atravesando praderas abiertas poco después del amanecer.
En Serengueti norte, pernoctamos durante dos días en Mara Kati Kati tented camp. En plena sabana, envueltos por toda clase de sonidos…
Alojarse en una tienda familiar de dos habitaciones en un campamento durante un safari, a más a más de un “lujo”, es la oportunidad de disfrutar de la verdadera esencia de la sabana. Las tiendas bien equipadas, nos permiten vivir lo salvaje, teniendo la sensación de seguridad, principalmente estando ubicadas cerca del fuego «ahuyentador de animales». En los tented camp, un ranger armado duerme de día y alimenta el fuego por la noche hasta el amanecer .
Por el momento estamos solos. Nos preparan unas sillas junto a el fuego de campaña, para tomar el café después de la cena…Empiezan a caer unas gotas precursoras de tormenta por lo que nos vamos directamente a dormir.
Muy temprano salimos en busca de las grandes manadas, lo que se denomina «La Gran Migración» siguiendo las rutas migratorias hasta alcanzar el río Mara donde vemos el espectáculo del cruce de los ñus. Aquí las manadas de cebras y ñus están acechadas constantemente por sus depredadores, los cocodrilos.
En el río se encuentran los cocodrilos más grandes de toda África, los hay de hasta 750 kgs, que suelen moverse con lentitud, algunos incluso parece que estén aletargados; pero…están a la espera de tener cerca una presa y con un movimiento rápido aferrarla con sus fauces de dientes cónicos y puntiagudos.
Almorzamos un picnic en una zona adecuada para ello, en pleno Serengeti norte para aprovechar la máxima visualización de animales.
Nos gusta mucho, disfrutar de una comida en la sabana a la sombra de una acacia, escuchando los distintos sonidos, sabiéndonos quizás observados por animales que siguen su ciclo de vida.
Los niños ni se inmutan, ni siquiera se sienten desprotegidos, teniendo como único refugio una acacia y el cercano Toyota… Entre los animales que deseamos ver destacamos los “Big five” los 5 grandes (león, guepardo, elefante, búfalo y rinoceronte negro). Por el momento llevamos avistados tres…
También nos gustará poder contabilizar otros especímenes frecuentes en el parque como: gacelas de Thomson y de Grant, impalas, jirafas, ñus, cebras, topis, guepardos, hienas, hipopótamos, cocodrilos y facóqueros.
Regresamos al campamento superilusionados por la cantidad de fauna salvaje avistada hoy, lo que hace que Oscar y Calin no den al abasto con sus anotaciones.
Después de la cena y antes de acostarnos repasamos la lista para que no nos quede ninguno en el tintero. Los niños apuntan en su cuaderno de campo los animales que han contabilizando hoy. – Abuelos, el safari es muy guay – dice Oscar. –¿Cuantos días nos quedan?, – pregunta Calín. – Seis, a ver si mañana podemos ver al rino,- responde Mario. – Porfa, por lo menos uno… Lala salama.
Por la mañana volveremos hasta el río Mara para repetir la escena de la migración con las hileras de animales atravesándolo. Es tan espectacular que no cansa contemplar su precisión y maestría. Después seguiremos ruta para explorar y hacer safari en la extensa zona del Serengeti central…
Continuará….
Galeria de imágenes:
La meva admiració,(i molta enveja.. ) per aquesta magnífica iniciativa!!
Sou inspiradors pels que som una mica més joves en edat cronològica pero no tant joves com vosaltres en esperit.
Que gaudiu molt d’aquesta experiència d’avis i néts!
Nosaltres ben segur que amb el relat i les fotos del vostre viatge us acompanyarem i ho gaudirem també.
petons!!
Marta
Estimada Marta, gracies per els teus elogis. A estat l’ocasió de fer-ho i plis plas ho hem pogut gaudir plegats. El safari no ha tingut desperdici i els nens han estat grans! La vida ens dona regals magnífics que agraïm moltissim. Ens sentim afortunats. Una forta abraçada amb el carinyo de Conmasde70.
Moooola! Jo de gran volia ser com Tina Turner, però ara he canviat de parer. Vull ser com valtros!
¡Quina gràcia ens has fet! Si que mola. Tenim que aprofitar que estem prou bé… De sempre ens a agradat molt la natura. Els nens van estar genials i força interesats per tot. Un viatje molt educatiu. Han aprés un munt de coses. Una abraçada de Conmasde70.
Felicitats..!! Meravellós, quina disfrutada i per ells una experiència que recordaran tota la vida.
Fantàstic tenir uns avís tan «xulos» molts ptns.
Hola TITA. Quina ilussió el teu comentari. A estat una bonica experiencia en la que els em tingut molt nostres. S’han adaptat molt bé a l,Àfrica, els nens som molt elástics i ho absorbeixen tot com esponjes. Un petó amb el carinyo de Conmasde70.
Cuando sea mayor quiero ser vuestra nieta
Ok. Però tú mai seràs gran. Només cal veure el teu somriure característic que transpúa l’alegria d’una ànima jove. Petons de Conmasde70.
Bueno estic emocionada de veure el que compartiu, vosaltres amb els nens ho esteu pasannt pipa, pero els nens no oblidaran mai a la vida aquest viatge. Sou molt afortunats i els nens també de tenir uns «abuelos» com vosaltres. Esperant la segona part…
Una abraçada per tots junts 🤗🤗🤗🤗
A estat una Bona relació. Viatjant es comparteixen molts moments entranyables. Ens em fet més amics. Algún cop ens deian Mario o Isabel en comptes de abuelo y abuela, i aixó es un senyal de ser proper. La segona i tercera part també son interesants. Gracies pel comentari. Una abraçada amb el nostre carinyo. Conmasde70.