Llegamos a Beppu en tren desde Fukuoka , el recorrido de dos horas nos ha mostrando lo limpio y cuidado que es su extrarradio con  zonas industriales, rurales, campos, etc. Nos llama la atención el silencio que reina en el vagón. Incluso hay una cabina insonora para hablar con el móvil, para no molestar a los otros pasajeros.¡Nos encanta fijarnos en todos los detalles!Es una pequeña ciudad costera de la isla de Kyūshū al sur de Japón, muy frecuentada debido a sus aguas termales naturales u onsen y a sus infiernos o jigokus  Es curioso ver los vapores y fumarolas incluso en los jardines de las casas, en fuentes y surtidores del núcleo urbano.Beppu es uno de los balnearios más famosos de Japón de aguas geotérmicas naturales. Cuenta con la mayor cantidad de agua caliente del mundo y el que tiene el mayor número de aguas termales de Japón (9) llamados » Los nueve infiernos de Beppu», de impresionante fotogénia. De los nueve nos decantamos por visitar primero el de color azul como parecido a el mar. Es el Umi.jigoku o Umizigoku o infierno marino, uno de los más bonitos y, donde empezamos nuestro recorrido por los 8 restantes infiernos. (Se llega en bus desde la estación de autobuses) El nombre de Umi.jigoku, se debe a su estanque de agua de color azul que recuerda al mar y que sin duda es precioso. Nos sorprende la naturaleza tan exuberante tanto en el infierno como en su alrededor, con montañas de arboles verdes frondosos y estanques con nenúfares. El olor de azufre aumenta al adentrarmos en el infierno, hasta que empieza el olor a huevos podridos, olor que se hace más intenso a medida que nos acercamos al estanque. Tiene 200 m. de profundidad y surgió hace 1.200 años de una erupción volcánica. El agua de este estanque está muy, pero que muy caliente. 80°Con los vapores que suelta se cuecen huevos de una cesta colgada sobre el agua. Los huevos negros, cocidos en estos infiernos, son considerados un manjar. “El estanque de la sangre”, de color rojo intenso, es el más fotogénico. En el pueblo utilizan el agua de aguas termales para cocinar comidas deliciosas. Los alimentos se cocinan con calor natural, por eso la comida se consideran muy saludable.

Junto a cada infierno, hay unos sectores para baño de pies. Nos divierte vernos participando y compartiendo en comunidad el “chip y chap”. Nos unimos a los locales y a otros visitantes que como nosotros quieren/queremos tener la experiencia y hacer uso de los diferentes baños de pies o “ashiyu” que se encuentran en los distintos “jigoku” de la zona. Nos hace gracia la naturalidad de la gente disfrutando de las aguas termales al aire libre. Hoy hace fresco estamos a 8° y el baño caliente en los pies nos repone. En el más caliente de todos, el agua está a 100°. ¡El vapor quema!Encontrar un «Ryokan a ser posible con un Onsen«, aquí  (y…a un razonable precio), es lo que hemos venido soñando desde que preparábamos el viaje y los itinerarios hace siete meses. No encontramos plaza en los tradicionales y nos decantamos por uno cercano a la estación con modernas instalaciones. Es muy Zen, con una decoración austera y minimalista. Todo muy  bien cuidado y perfectamente organizado. Nos encontramos los “yucatas” sobre la cama y dos pares de sandalias de madera perfectamente alineadas bajo la misma. Un manual de instrucciones para usar el onsen y un carrito en el pasillo con todos los útiles necesarios. De nuevo la perfección japonesa…La experiencia incluye, además de los baños, comida típica japonesa. Nos vestimos los yucatas y nos vamos a experimentar el onsen de nuestro ryokan. Esperamos antes de partir de Japón poder probar un onsen natural en medio de un bosque.                                                                                                              Un Ryokan, es un tipo de posada tradicional japonesa que existe desde el S.VIII. Durante el período Keiun, servían para alojar viajeros a lo largo de las carreteras de Japón. Por lo general, cuentan con tatami en las habitaciones y se usa “Yucata”  por las instalaciones. Vemos que la ciudad tiene muchísima oferta hotelera con Onsen incluído.El “ryokan” en el que nos alojamos dispone de un onsen con una temperatura de 40ºC , así como también uno exterior al aire libre o ” rotenburo” con 36°. Estos onsen contienen diferentes minerales, como por ejemplo sulfuro en pequeñas cantidades. El sulfuro de hidrógeno, que huele fatal, algo parecido a los huevos podridos, es beneficioso para la la exfoliación de la  piel, enfermedades del sistema nervioso, artritis, a más de producir relajación y bienestar. Hay algunas contraindicaciones como serían: tener la tensión arterial elevada, problemas cardíacos y tatuajes coporales.  Leemos bien las instrucciones generales antes del baño, son sencillas : a/ Entrar completamente desnudo. b/ Lavarse con jabón en los grifos afuera de las bañeras. c/ No introducir ningún objeto dentro del agua. d/ Respetar el descanso de los demás. Por lo que Conmasde70…¡Pasamos el examen por separado! El punto a/ no es problema para nosotros, no tenemos que dejar en el vestuario nuestra vergüenza occidental, pues como naturistas-nudistas somos amantes de lo natural. El problema mayor es que no es un onsen mixto, por lo que tenemos que separarnos. Hay el de mujeres y el de hombres. Esperamos encontrar alguno en este viaje, en el que podamos disfrutarlo juntos, (a pesar que la costumbre japonesa no lo practica). Para los japoneses, el baño es algo más que una cuestión de higiene, les es un ritual para purificar el cuerpo y el espíritu. El onsen es el paralelo japonés a la sauna, un lugar para olvidarse del estrés y socializar. La mayoría de onsen son baños para mujeres y otros para hombres.Escogemos una visita diferente, nos atrae visitar un lugar en el que podemos ver 60 budas  esculpidos en la roca. Es en la localidad de Usuki (45’ en tren + 20’ en bus). El tren cuenta con ventanas panorámicas a ambos lados y nos es fácil fotografiar y distraer la mirada con las vistas tan distintas de lo habitual.Es desconocido el propósito de su existencia, por lo que es un misterio. La visita es muy agradable, transcurre por senderos y caminos con escaleras que nos conducen a los diferentes recintos donde hay esculturas de buda esculpidos en la roca. Es un lugar tranquilo que desprende misticismo, ya sea por los budas, los toriis de piedra o incluso por su cementerio junto a bosques de bambú. 

La comida y los lugares de restauración nos están fascinando. Los hay muy pintorescos por lo diferente, y los hay tan japoneses tan japoneses que entienden cero de inglés y la carta no sabemos si está del derecho o del revés. En la foto uno especializado en braseados, con una parrilla en el centro de la mesa para que uno mismo se cocine. (incluso las verduras). Especilidad “beef” Salimos con la cara congestionada del calor del fuego. Como postre otro baño por separado en el ryokan a 40°…¡Qué pena es ya el último en Beppu!

Confirmado el alojamiento de tres días cerca del Santuario de Itsukushima en Myagima, ¡Bien! No tenemos que dormir debajo de su Otorii (por aquello de dormir  bajo un puente). Iniciamos el recorrido en tren desde Beppu hacia Miyajimaguchi, con transbordos en Kokura e Iroshima (el primero con exprés, el segundo con super-express y el tercero local). Todavía tenemos los dedos arrugados después de los tres días en remojo a 40º ( ja,ja, es broma). Desde su puerto (el de Miyagimaguchi) podemos ver a lo lejos el O-torii de Myagima. Navegamos en un ferry por el Mar de Japón , hasta Myagima. La travesía es muy corta y tranquila (10’). Ni siquiera nos sentamos, por el ansía de ver como el gran O-torii se aproxima hacia nosotros…

Continuará…

Galería de imágenes: